Carme Bertomeu Orteu, Área de Educación Visual y Plástica de la FPCEE Blanquerna. URL
Puede resultar incómodo y parecer banal hablar de belleza con la realidad que estamos viviendo en todos los niveles: social, económico y político, en un mundo trastornado por la injusticia, la pobreza y la crueldad. Sin embargo, al hablar de belleza nos referimos a las dimensiones estéticas y queremos resaltar el papel que tienen en el aprendizaje y en la educación en general 다운로드.
Educar estéticamente es educar desde el sentir y para el sentir (Collelldemont, 2002:110). El sentir estético es connatural a nuestra especie, la aspiración a la belleza la encontramos en todos los pueblos y en todas las culturas del presente y del pasado, y no es patrimonio exclusivo del arte, sino que se extiende por los diferentes campos del saber y se convierte en modalidad de búsqueda, clave de interpretación y lugar de experiencia (Vecchi, 2013,65).
Haciendo un poco de historia del concepto, según Tatarkiewicz (2002), Baumgarten, a mediados del siglo xviii, fue el primero en denominar estética al estudio del conocimiento de la belleza 다운로드. Hizo una nueva interpretación de la antigua diferenciación entre el conocimiento intelectual –cognitio intelectiva- y el conocimiento sensible –cognitio sensitiva- identificando este último con el conocimiento de la belleza.
La aceptación no fue inmediata, Kant, que lo obvió en La crítica de la razón pura, a pesar de conocer las obras de Baumgarten, en La crítica del juicio, lo aceptó 다운로드. Este hecho representó una ruptura ya principios del siglo xix, Herbat y Hegel utilizaron el término estética en títulos de obras suyas, y se empleó para señalar una de las grandes divisiones de la filosofía junto con la ética y la lógica. El nombre era una novedad, pero la discusión en torno a la percepción de la belleza y sus cualidades viene de muy lejos (Tatarkiewicz, 2002).
Según Aristóteles, vivimos la experiencia estética cuando asumimos el papel de espectador, es una experiencia que se origina en los sentidos con un placer intenso que anula la voluntad y produce fascinación, y define diferentes grados de intensidad 다운로드. Sin embargo, Platón no buscaba la belleza en las cosas sino en las ideas. La belleza de las cosas se puede captar por los sentidos, pero la de las ideas no, por tanto, estipuló una facultad especial del alma que percibiría la belleza ideal. Platón describió la facultad de la mente que es indispensable para experimentar emociones estéticas y Aristóteles describió la actitud estética (Tatarkiewicz, 2002) 다운로드.
En el transcurso de la historia han surgido muchas teorías que han ido evolucionando gradualmente, unas más cercanas a Aristóteles, otras a Platón y otras son síntesis de las dos: la experiencia estética de la naturaleza emocional, o intelectual, de carácter activo o pasivo, actitud de euforia o de contemplación. La dificultad de formular una definición y una teoría de la experiencia estética se debe a que el término comprende experiencias muy diferentes y no existe una única emoción que podamos catalogar de estética, lo que determina una experiencia estética es una unión armoniosa de una serie de sentimientos diferentes y de una cierta actitud mental (Tatarkiewicz, 2002,324) 레드라인.
Según Vecchi, la experiencia estética es, esencialmente, un proceso cognitivo interno provocado por una asimilación perceptiva y sensual de una realidad vivida a través de los sentidos que provoca, al mismo tiempo, una emoción que posibilita un proceso de transformación como reacción interna, acompañada o no del sentimiento de placer (Hoyuelos, 2006: 20).
La escuela no puede olvidar la belleza porque la dimensión estética “es una actitud atenta, una mirada sensible a las personas, a las relaciones, y las cosas que hacemos, es lo contrario a la indiferencia, el descuido, la conformidad, la ausencia de participación y de sensibilidad” (Vecchi, 2013:59) 높은 성의 사나이.
La escuela no puede olvidar la belleza si entendemos la dimensión estética como una manera de interpretar el mundo, como una actitud ética, con la que se busca una relación sensible y empática con el entorno. En este sentido, cabe destacar la importancia de crear un entorno de calidad, donde los espacios, la selección de los materiales y las cualidades sensoriales de los ambientes presenten múltiples posibilidades y provoquen la curiosidad y las ganas de investigar, la sorpresa del descubrimiento y el aprendizaje del niño 다운로드.
Si la experiencia estética es la experiencia de vida, la belleza no es una ornamentación banal y superficial, Malaguzzi se refería a ella como la vibración estética y la consideraba un activador del aprendizaje. Esta experiencia nos hace sensibles a la belleza, pero también a la pobreza, a la injusticia y a las desigualdades del mundo.
Tampoco podemos olvidar todos estos aspectos en la formación de nuestros estudiantes, futuros maestros, porque de ello dependerá que los sepan valorar y desarrollar con sus alumnos y de esta manera responder a los retos de la escuela del siglo xxi 다운로드.
“El reto que afrontan la educación y la vida moderna consiste en la conciliación de la poesía con la física, del arte con la química, de la música con la biología, de la danza con la sociología y de cualquier otra posible combinación entre conocimiento estético y analítico, para ayudar a la “gente a sentir lo que quiere saber y a saber lo que quiere oír” (Root-Bernstein, 2002: 368).
Bibliografía
Collelldemont,E.(2002) Educació i experiència estètica, Vic: Eumo 네이버 스트리밍 동영상.
Hoyuelos,A.(2006) La estética en el pensamiento de Loris Malaguzzi, Barcelona: Octaedro-Rosa Sensat.
Root-Bernstein(2002) El secreto de la creatividad. Barcelona: Kairós.
Tatarkiewicz, W.(2002) Historia de seis ideas, Madrid: Alianza.