TALLERES DE MÚSICA PARA BEBÉS Y NIÑOS CON LA PARTICIPACIÓN DE LA FAMILIA

Actualmente en muchos centros docentes y culturales  se ofrecen talleres de música en los que la música se comparte con la familia, pero con distintos objetivos y siguiendo metodologías diferentes.

A continuación hago referencia a los talleres que se pusieron en marcha, desde el Instituto Municipal de Educación de Barcelona, en el curso 2003-2004, con la profesora Elvira Querol. Se impartieron en dos centros municipales y, a partir del curso 2005-2006, tuve la suerte de ser la profesora en la Escuela Municipal de Música de l’Eixample, Joan Manuel Serrat, de Barcelona.

Bases pedagógicas de los talleres

El porqué de desempeñar este trabajo podemos encontrarlo revisando el resultado de la investigación que realizaron los pedagogos musicales de finales del siglo xix e inicios del siglo xx: Willems, Kodály, Dalcroze, Martenot… El objetivo de sus investigaciones y de sus métodos era hacer del aprendizaje musical un proceso vivo con el que el alumno desarrollara sus facultades innatas. Entendiendo facultades como las posibilidades musicales que todos tenemos por el solo hecho de ser “seres humanos”; es decir, la  música es una facultad que todos poseemos  y que puede ser desarrollada 코스타 다운로드.

Ya en pleno siglo xx siguen trabajos como el de Howard Gardner (1995), que, en su libro Inteligencias múltiples: la teoría en la práctica, afirma que la inteligencia musical influye en grado mayor en el desarrollo emocional, espiritual y cultural que el resto de inteligencias, dado que “la música estructura la forma de pensar, de trabajar y ayuda en el aprendizaje de las matemáticas, el lenguaje y las habilidades espaciales”.

Vemos, pues, otra vez, que todos tenemos posibilidades de hacer y de aprender música. Todos tenemos inteligencia musical, pero esta debe ser desarrollada; si ponemos los medios para conseguirlo, mejoraremos la formación del individuo como persona y su rendimiento en otros aprendizajes y habilidades.

Si buscamos cuál es el momento idóneo para la iniciación musical, encontraremos la respuesta en diversos trabajos, pero vamos a concretarla en tres. El pedagogo Maurice Martenot, en su libro Principios fundamentales de la formación musical y su aplicación, dice: “La música que el niño percibe en esta situación [refiriéndose al vientre de la madre] despierta ya asociaciones que desempeñarán un papel capital en su memoria” 포켓몬스터 썬앤문 다운로드. Zoltán Kodály, ante la pregunta: ¿en qué momento debe iniciarse el estudio de la música? Se pronunció diciendo: “Nueve meses antes de nacer”, y dieciséis años más tarde, afirmó: “Nueve meses antes de nacer la madre”. Otra pedagoga de nuestros tiempos, Johannella Tafuri, en su estudio Projecte inCanto, observando la evolución musical de un grupo de niños durante cinco años, afirmó que los que tenían mejor entonación a la edad de tres años y medio eran los que habían tenido más experiencias musicales en la etapa de gestación.

Actualmente, desde el campo médico se concreta que el sistema auditivo del feto está lo suficientemente maduro para recibir estímulos externos al cuerpo de la madre en el sexto mes de gestación, por lo que se pueden enviar estímulos al cerebro y dejar allí su huella. Es a partir de este momento cuando podemos decir que se inicia la memoria musical y también hablaremos, pues, de inicio del aprendizaje musical.

Con esta explicación vemos la necesidad de que la vivencia musical esté ya presente en el período de gestación 알툴바로 유튜브 동영상 다운로드. Sin embargo, los talleres que impartimos en nuestro caso contemplan el período después del nacimiento.

Base metodológica empleada

En los talleres, el aprendizaje musical se basa en la experiencia en grupo de distintas actividades musicales adecuadas a la edad. Los niños deben asistir al taller acompañados por un adulto unido afectivamente a él (a ser posible la mamá o el papá), porque consideramos que su presencia participativa y el contacto físico con los más pequeños es básico para conseguir un aprendizaje satisfactorio, asimismo consideramos que el hecho de que los mayores compartan las actividades y los descubrimientos musicales con sus papás o mamás les da seguridad y les proporciona la satisfacción de aprender juntos. Pero, también, porque creemos que los talleres son un punto de encuentro musical para adultos y pequeños, y en todas las edades damos propuestas y motivamos para que las actividades, canciones, danzas y audiciones del taller puedan realizarse en casa con la familia.

Los talleres se distribuyen por grupos para respetar las distintas edades de los niños: de 2-12 meses, de 12-24 meses, de 2-3 años, de 3-4 años y de 4-5 años.

Diferencias entre los talleres

Vienen dadas por los siguientes aspectos:

  1. Madurez motriz:
  • que permite el desplazamiento corporal de gateo o bípedo,
  • para responder a estímulos auditivos,
  • en la manipulación de objetos,
  • en la coordinación de las extremidades zxing 라이브러리.
  1. Evolución del lenguaje oral.
  2. Grado de adquisición de autonomía personal para participar en las actividades de grupo.
  3. Adquisición de hábitos.

Objetivos de los talleres

  • Introducir la vivencia musical en el ámbito familiar como hecho cotidiano.
  • Establecer relaciones afectivas positivas a través de la experiencia musical.
  • Iniciar el descubrimiento de la comunicación musical.
  • Ayudar a desarrollar la memoria y el aprendizaje musical de cada niño.
  • Dotar de recursos teórico-prácticos a los padres.

Partes de la sesión

  • Saludo musical personalizado a cada niño 초면에 사랑합니다 다운로드.
  • Canciones.
  • Danzas.
  • Audiciones.
  • Canciones al piano (en algunas sesiones los bebés y los niños tocan el piano con la profesora de manera libre, mientras se cantan canciones en grupo).
  • Experimentación con los instrumentos.
  • Despedida.

Contenido musical trabajado

  • La canción.
  • Las cualidades del sonido: timbre, intensidad, altura, dirección y duración.
  • La pulsación diferenciada del ritmo.
  • La métrica: el compás binario, ternario…
  • La creación y la improvisación.
  • La introducción al conocimiento de los instrumentos musicales.
  • La audición.
  • La danza.

¿Qué canciones cantamos?

Tenemos que diferenciar las canciones que cantamos a los niños como efecto audición, que llamamos canciones-audición (las canta solo el profesor sin el objetivo de que el niño las reproduzcan), de las que cantamos para establecer directamente el aprendizaje de reproducción en el niño; es decir, se pretende que se produzca el registro en su memoria de los pequeños motivos rítmico-melódicos para que ellos los puedan reproducir cuanto antes.

En el primer caso, sus intervalos melódicos, sus ritmos y su letra pueden ser complejos, siempre que el significado del texto sea infantil.

En el segundo caso, la estructura de las canciones que cantamos en un inicio suelen tener en su mayor parte intervalos de 2ª y 3ª M-m, que progresivamente vamos ampliando.

El repertorio utilizado son canciones populares catalanas. Se recomienda cantar las canciones populares infantiles del país o la región, ya que la lengua materna es la primera que recibe el niño y la que aprende con mayor facilidad; es la que emplean en casa para comunicarse oralmente con la familia y se encuentra cargada de los aspectos afectivos. Lo mismo ocurre con la música.

También es cierto que la realidad actual de nuestra sociedad lleva a nuestros talleres a familias pertenecientes de otros países. Cuando se da este caso, hoy en día con mucha frecuencia, los padres a través de los talleres reciben el conocimiento de la cultura musical y sumergen a los niños y a ellos mismos en las características étnicas del país donde viven actualmente.

En este caso, siempre se les recomienda que, en casa, no dejen de cantar las canciones de su país o región de origen, y a partir de la asistencia a los talleres incluyan en su repertorio las trabajadas con nosotros, puesto que así el niño recibe el nuevo repertorio con la participación de los papás y el vínculo afectivo (que es básico en esta etapa); de este modo, el aprendizaje se verá igualmente reforzado.

Las danzas

Danzamos juntos en todos los talleres, a menudo con el acompañamiento de instrumentos de percusión. Alternamos danzas libres y organizadas. Al principio, los bebés van en brazos de sus padres, y son estos los que realizan los pasos. Los bebés, con estas danzas, disfrutan de muchísimas emociones. A partir del año van adquiriendo autonomía, pero siempre respetamos la preferencia de cada niño: hay quien quiere ir en los brazos de sus padres y  quien quiere reproducir o crear los pasos solo.

Las audiciones

Realizamos audiciones, de breve duración, que invitan primero, a escuchar y respirar la música; después a observar algún instrumento,a acompañar la audición respondiendo a alguna de las cualidades del sonido con el movimiento, con cintas, pañuelos…y a seguir la pulsación o el ritmo, con un instrumento, etc…

Experimentamos con instrumentos

Los últimos diez minutos de la sesión los dedicamos a la libre exploración de los instrumentos por parte de los niños.

Para poder realizar esta actividad con seguridad en los talleres, contamos con instrumentos que, por su construcción y material, son ideales para ser manipulados sin peligro. En esta actividad, de manera especial, el adulto acompañante y el profesor tienen el papel de observadores e impulsores de las manifestaciones musicales de los niños.

Durante la sesión, el profesor habrá recibido, dependiendo de la edad del niño, distintas expresiones, balbuceos, sonidos, ritmos… como respuesta a las canciones y actividades que él ha ido realizando. Estas manifestaciones no deben pasar desapercibidas.

Si somos capaces de acogerlas dándole a entender que lo escuchamos y que agradecemos su respuesta, él se verá estimulado a seguir creando respuestas.

Cuando realizan la exploración de los instrumentos, es uno de los mejores momentos para motivarles a crecer como creadores, como improvisadores musicales, pues centramos la acción educativa en su producción musical.

La Dra. R. Capdevila, en su tesis doctoral Conductas musicales de los niños de 0-3 años (p.372), habla de la evolución del proceso creador del niño, diciendo: “De los primeros garabatos musicales, se pasa a la manipulación y transformación del sonido, a la intención simbólica, a la creación musical” y también destaca la importancia de dar sentido por parte del adulto a estas respuestas musicales, para permitir establecer con el niño la comunicación musical: “El valor experimental lúdico de las primeras manifestaciones relacionadas con el placer del ejercicio de las propias capacidades (del niño) van configurando el valor comunicativo a medida que son consideradas”.

“La respuesta de los adultos delante de las manifestaciones sonoras de los niños van dando este valor”.

Después de la actividad de exploración terminamos la sesión, recogemos juntos el material y nos despedimos con una canción.

Valoración

Una vez expuestas las bases y el proceso de los talleres, es preciso valorar este trabajo en el que llevo diez años participando.

Los adultos participantes (padres y profesora) lo primero que recibimos es la evolución positiva de los niños en relación con sus experiencias musicales, en los talleres se establece una comunicación entre ellos y la música, que aumenta en cada sesión. Los padres comentan cómo los niños, en sus casas, van incorporando las canciones, los ritmos, las creaciones musicales… en sus actividades habituales y en sus juegos, y en los mayores se observa también la incorporación del vocabulario musical. Para todos ellos, la música pasa a ser un lenguaje básico y natural que comparten y viven con él a diario.

Con el tiempo, algunos de estos niños se han incorporado más tarde a la escuela de música, como alumnos de lenguaje musical y de instrumento. La mayoría han sido alumnos míos y he podido observar que lo que anteriormente he valorado sigue allí; son niños para los que la música es un lenguaje habitual. Hay una predisposición de actitud y de conocimiento en las actividades que permite avanzar con agilidad, se sienten seguros en su experiencia musical no sólo como intérpretes, sino también como creadores. Y, sobre todo, lo más importante, son felices viviendo con la música.

 Núria Gibert Ballester, Área de Educación Musical.